Personalmente, me vengo dando cuenta de que mi capacidad de atención es cada vez más reducida, me cuesta ver una película completa, cuando oigo audios tiendo a usar la función de 1.5 o incluso 2 X, creo estar haciendo multitasking porque me aburro de hacer una misma cosa durante periodos prolongados de tiempo. Si bien reconozco que hay cosas comportamentales en mi que nutren estas características, me preocupo, empiezo a leer para documentarme más sobre el tema y descubro que no es solo a mí que me está pasando, es un mal cada vez más común.
Otro factor que afecta nuestra capacidad de atención es la necesidad de tener satisfacción inmediata, y además estamos cambiando satisfacción por emociones. Las redes están diseñadas bajo la misma teoría, un volumen casi que sin fin de contenido y además tener la posibilidad de generarlo para recibir “Me gusta” que se convierte en un validador social que nos da sentido de pertenencia. Esto no es nada nuevo, seguro todos en algún momento vimos la pirámide de Maslow, la necesidad de pertenecer ha sido un pilar critico en nuestra vida, nos daba una mayor probabilidad de sobrevivir, de reproducirnos y de ser valorados. ¿Y que tiene esto que ver con nuestra capacidad de atención? Primero, el que ahora no solo consumimos, sino que generamos contenido con validación inmediata. Segundo, porque tendemos a pensar que podemos hacer “multitasking” mientras usamos estas herramientas lo que disminuye nuestra presencia y capacidad de atención en lo que estamos viviendo.
Por ultimo, aunque muchos no lo valoramos lo suficiente, este factor es determinante en nuestra capacidad de atención y es el sueño. En un estudio del “Sleep Foundation” estableció que más del 40% de los americanos sufren de falta de sueño teniendo menos de 5-6 horas de sueño y que solo un 15% de la población reporta tener un descanso reparador. ¿Y que contribuye a esto? Nuevamente múltiples factores:
Vivimos en un mundo más rápido, más conectado y demandante, el riesgo real de todo esto esta en que nuestro cerebro opera bajo el principio de “o lo usas o lo pierdes”, pues siempre esta buscando ser más y más eficiente. Si nos acostumbramos a vivir sin profundidad, sin análisis, sin detenimiento así mismo empezara a operar nuestro cerebro y perderemos eventualmente eso que nos vuelve seres racionales, pensantes y capaces de regularnos.