Personalmente, me vengo dando cuenta de que mi capacidad de atención es cada vez más reducida, me cuesta ver una película completa, cuando oigo audios tiendo a usar la función de 1.5 o incluso 2 X, creo estar haciendo multitasking porque me aburro de hacer una misma cosa durante periodos prolongados de tiempo. Si bien reconozco que hay cosas comportamentales en mi que nutren estas características, me preocupo, empiezo a leer para documentarme más sobre el tema y descubro que no es solo a mí que me está pasando, es un mal cada vez más común.
¿Qué es lo que hoy esta afectando nuestra capacidad de atención? Múltiples cosas, pero hoy hablaremos de tres factores críticos. Para empezar, hoy estamos expuestos a un mar infinito de información, es como si estuviésemos tomando de una llave abierta. Nos da la sensación de que el mundo se mueve a una velocidad más alta, genera adrenalina, energía y entusiasmo, pero sin lugar a duda sacrificamos profundidad y capacidad de análisis pues esto requiere de tiempo y energía factores que hoy resultan escasos. Cada vez tenemos acceso a más y más fuentes de información y menos tiempo para digerir todo lo que nos llega, lo que a su vez hace que las tendencias duren cada vez menos y se genera un ciclo vicioso que genera más contenido con vida útil de menos tiempo. Para poner un ejemplo, temas que antes eran tendencia en Twitter en el 2016 tenían periodos de discusión promedio de 18 horas, hoy estos tiempos son menor a las 7.5 horas. Por más de que queramos, se ha comprobado que la “lectura rápida” es menos eficiente porque no permite que retengamos y mucho menos analicemos lo que consumimos.
Otro factor que afecta nuestra capacidad de atención es la necesidad de tener satisfacción inmediata, y además estamos cambiando satisfacción por emociones. Las redes están diseñadas bajo la misma teoría, un volumen casi que sin fin de contenido y además tener la posibilidad de generarlo para recibir “Me gusta” que se convierte en un validador social que nos da sentido de pertenencia. Esto no es nada nuevo, seguro todos en algún momento vimos la pirámide de Maslow, la necesidad de pertenecer ha sido un pilar critico en nuestra vida, nos daba una mayor probabilidad de sobrevivir, de reproducirnos y de ser valorados. ¿Y que tiene esto que ver con nuestra capacidad de atención? Primero, el que ahora no solo consumimos, sino que generamos contenido con validación inmediata. Segundo, porque tendemos a pensar que podemos hacer “multitasking” mientras usamos estas herramientas lo que disminuye nuestra presencia y capacidad de atención en lo que estamos viviendo.
Por ultimo, aunque muchos no lo valoramos lo suficiente, este factor es determinante en nuestra capacidad de atención y es el sueño. En un estudio del “Sleep Foundation” estableció que más del 40% de los americanos sufren de falta de sueño teniendo menos de 5-6 horas de sueño y que solo un 15% de la población reporta tener un descanso reparador. ¿Y que contribuye a esto? Nuevamente múltiples factores:
- El uso de tecnología en altas horas de la noche cuya luz afecta nuestros ritmos circadianos naturales (reloj interno)
- El uso de químicos para ayudarnos a operar en ritmos más acelerados Las altas dosis de cafeína y en sentido contrario, el uso de melatonina para conciliar el sueño
- La necesidad de estar conectados y enterados de lo ultimo en información (FOMO por su sigla en inglés Fear of missing out).
Vivimos en un mundo más rápido, más conectado y demandante, el riesgo real de todo esto esta en que nuestro cerebro opera bajo el principio de “o lo usas o lo pierdes”, pues siempre esta buscando ser más y más eficiente. Si nos acostumbramos a vivir sin profundidad, sin análisis, sin detenimiento así mismo empezara a operar nuestro cerebro y perderemos eventualmente eso que nos vuelve seres racionales, pensantes y capaces de regularnos.